Con la elección para el trono recaída sobre Hugo Capeto en 987 se abre una insospechada dinastía que reinaría la Francia en una sucesión directa o indirecta a través de ocho siglos hasta el año 1848 con una interrupción desde 1792 hasta 1814.
La rama de los Capetos Directos se entiende a aquella que partió desde 987 hasta 1328 con quince reyes cuyos antecesores siempre eran monarcas. O sea, cada rey descendía del rey anterior.
Se impuso una idea que hizo escuela en la monarquía en ese entonces electiva: consagrar en vida del padre al hijo mayor como rey de esa forma los nobles estaban obligados a jurarle fidelidad feudal y de paso olvidarse de elegir otro monarca. Esa fue la genialidad de Hugo Capeto quien así aprendió del gran error del Sacro Imperio Romano Germánico cuya monarquía era electiva y siempre había caos a causa de esa forma de gobierno.
En esa rama familiar se puede resaltar como grandes monarcas a Felipe II Augusto, San Luis y Felipe IV el Hermoso.
Esos reinados perseguían un mandato no escrito: agrandar los dominios reales efectivos, someter la brutalidad feudal sin rumbo y conseguir la permanencia de la dinastía con el truco de traspaso de la corona ya descrito. |