Luis VII el Joven (1137 - 1180)

Hijo de: Luis VI y Adelaida de Saboya

Vida: 1120 - 1180

Casado con: Eleonor de Aquitania (1137), Constancia de Castilla (1154) y Adela de Champaña (1160)

Hijos: María, Alix (con Eleonor), Margarita (con Constancia), Alix, Felipe II y Margarita (con Adela).

Luis VII

Era apodado el Joven por ceñir la Corona aún adolescente y ya tenia varias y graves disputas con el clero por su creencia de que el nombramiento de los abades era derecho feudal. Llevó las cosas tan lejos que chocó con un personaje que haría historia luego: Bernardo de Claraval luego consagrado santo por la Iglesia. Ese abad hacedor de Papas creó el movimiento cisterciense en la Iglesia y logró que Luis VII se embarque a una cruzada. El rey se llevó a su reina Leonor una incurable romántica de las justas y torneos y dejo a Suger en el gobierno.

Una vez en Tierra Santa, debió luchar de manera muy poco romántica lo cual disgustó enormemente a Leonor. No se cosecharon grandes resultados y Luis harto se regresó a Francia.

Leonor se divorció de Luis por considerarlo poco heroico y anti-caballero y se llevó su propia herencia, la extensa Aquitania, pese a los esfuerzos de Suger (muerto inoportunamente en un momento crucial en el regio divorcio) ya que ella no tenía un heredero varón con el rey para dejársela.

Godofredo transfirió el reino inglés a su hijo Enrique quien vio la ocasión de oro: a sus verdes 19 años se casó con Leonor de unos 30 años pero aun bellísima. Eso produjo un lógico desbalance: Inglaterra tenía en ese entonces Normandía, Anjou, Maine y la Aquitania, territorios aun más extensos que los dominios directos de los Capetos creándose así el Imperio Angevino. Ambos no estaban enamorados pero odiaban con intensidad a Luis VII e hicieron todo lo posible para destruir la Francia.

Desde ese entonces Luis VII se detuvo de equivocarse y se fue convirtiéndose en un Capeto clásico: astuto, paciente, a la espera agazapado como un gato de cualquier error del enemigo.

Se casó con su segunda mujer quien se murió tras dejarle otra hija más. Pero con Adela de Champaña tuvo más suerte: una hija y finalmente el anhelado hijo varón. Sería el futuro Felipe II Augusto.

Luis VII sabiéndose de sus propias limitaciones en el campo de la batalla, cultivó el arte de las intrigas empeorando las relaciones internas angevinas usando el hecho de que Enrique de Inglaterra por más rey que sea es el duque de varios territorios franceses o sea debía pleitesía al rey Luis VII.

Mientras se hacia más viejo Luis VII, más reputación de rey moderado y razonador ganaba entre los nobles que se les escapaban a los angevinos. Éxodo nunca perdonado por los ingleses.

 

Personalidad:

Luis VII era paradójico pues era bueno generalmente con cualquiera pero muy cruel con los que no comulgaban la fe cristiana como los judíos. Poseía un carácter tímido, dulce, con aspecto de monje casi torpe que contrastaba con su actitud guerrera y activa.

 

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